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No, no soy una madre!!!

Escribo este texto con el último porcentaje de energía que me queda en las baterías, no son baterías pequeñas no, suelen tener carga para muchísima actividad, pero ustedes chicas, se la llevan toda, la consumen, la depredan, la agotan y casi casi la extinguen.


Hay quienes sin saber mi historia dirían: “Ahí está pues, el papá modelo que solo tiene a sus hijas los fines de semana y se lleva las palmas, ahora está viviendo en carne propia lo que vive su mamá a diario” y no sería verdad por varias cosas: no soy ni busco ser el papá modelo (nada más lejano), no sólo las tengo los fines de semana, no sólo paso tiempo lúdico con ellas, conmigo el tiempo para ellas incluye calidad, cocina, diversión, tareas y ahora último ayuda social incluso, eso ahora, porque no se debe olvidar que antes cuando vivíamos juntos (hasta los 10 años de Valentina), también era un padre activo, que no “ayudaba” sino que cumplía a cabalidad con mis deberes en casa, es cierto, adolecía de algunas cosas como no ser muy lúdico o muy social, pero formé siempre parte activa de la crianza de mis hijas cuando fueron recién nacidas, infantes y niñas.


¿Entonces por qué este agotamiento y sorpresa ahora tras dos semanas 24/7 con ellas?, sencillo, PORQUE HE PERDIDO EL RITMO, las separaciones traen consigo etapas, fases, procesos, y en esos procesos uno se va a acostumbrando a nuevas formas de vivir, no mejores ni peores, simplemente diferentes.


Cuando Nat y yo nos separamos allá por marzo del 2015, me mudé a 3 cuadras de su casa para poder seguir viendo a las chancletas diariamente, por aquel entonces yo seguía conservando las llaves de su casa y ellas llaves de la mía, alternábamos un weekend con cada uno, pero en el día a día seguíamos compartiendo responsabilidades más allá de las económicas, compras, limpieza de casa, lavado de ropa, etc. Un tiempo después, ellas se mudaron a otro distrito y yo me quedé en SJM, mi nuevo mundo de padre separado empezó a cambiar, ya no las tenía tan cerca, ya no podía entrar a su casa de la forma en que lo hacía antes, ya las cosas eran distintas y tuve que empezar a adaptarme al cambio, ese soy yo, soy un camaleón, me adapto para sobrevivir (aun no entiendo porque todavía no me tatúo uno), poco tiempo después y siguiendo un poco el día a día, definimos frecuencias más abiertas, frecuencias que aún mantenemos hoy de dos weekends consecutivos cada uno, y siempre “puerta abierta” para verlas cuando queramos sea la casa que sea donde estén en ese momento, eso trajo como consecuencia, al menos para mí, más “tiempo libre”, tiempo dedicado a el blog, a mis proyectos personales, a tirarme en la cama, a pensar y repensar en todo lo que soy capaz de pensar (que casi siempre es mucho y muy importante) y a planificar justamente en ese tiempo, los weekends y actividades con las chancletas, de modo que cuando llegaban los aprovechábamos al 200%, pero eso es distinto, muy distinto a la vida cotidiana, tristemente debo reconocer que es más sencillo para el padre que no se queda con los hijos tras la separación.


Al tenerlas por 15 días a tiempo completo, pude comprobar que mis weekends con ellas estaban siendo más sencillos de manejar pues eran sólo tres días, y siempre se podía almorzar y cenar fuera, tener actividades programadas, visitas donde la abuela, tareas y el tiempo pasaba volando…vivir con ellas es otra cuestión, otro cantar, otra cosa!!! ojo, no me quejo, amaría vivir con ellas siempre, pero es diferente y por eso es que escribo hoy este post, porque quiero reconocer la labor incansable y sacrificada de las mamás, que además de trabajar en casa u oficina, se dan tiempo para criar y educar a sus hijos, cuidar a su familia y/u su hogar y además hacerlo bien.


Yo, por lo pronto he decidido volver a entrar en ritmo y no seguir siendo sorprendido por situaciones como esta, ni por los gustos de cada una, horarios, expectativas y pasatiempos diferentes, no volverá a suceder, sepan mis queridas chancletas que amo el tiempo con ustedes, que lo atesoro, que daría todo de mí, y más, para estar con ustedes, pero por mi madre santa que cansa y es en momentos como estos que desearía que criarlas y el tiempo con ustedes sea considerado una disciplina deportiva o ejercicio y que cuando menos pudiera obtener coquitos en el abdomen o músculos en los brazos, porque créanme que aun amándolas como las amo, he terminado MOLIDO!!!


Así que no, no soy una madre, pero ya quisiera!!! #SeLosJuro

Papá Chancleta

Mi nombre es Said Guerra, aunque hay quienes me llaman también por mi segundo nombre que es Jonathan, tengo 38 años.

Administrador de empresas de profesión, con un posgrado en gestión de procesos, además dirijo la gestión de Recursos Humanos en una empresa privada.

Tengo pasatiempos variados como: leer, escribir, ir al cine, al teatro, adoro los tatuajes, me gustan los perros y también los gatos, colecciono juguetes en miniatura y me apasionan las series como Game Of Thrones, The Walking Dead, The BlackList, etc.

Pero por sobre todas las cosas amo a mis hijas, mi vida gira en torno a ellas y lo disfruto casi casi demasiado.

Las chancletas son dos niñas hermosas, hijas de padres separados que se llevan o intentan casi siempre llevarse bien en beneficio propio pero en especial en beneficio de ellas.

Nuestros Amigos
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