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Ayer vi a una mujer...

Ayer vi a una mujer dejarse ganar por sus problemas, abrirse por completo y dejar salir sus preocupaciones, dolores y sufrimientos; vi a una mujer permitiéndose coleccionar sus pesares y asfixiándose con ellos; vi a una mujer cuestionando la justicia de las cosas que le pasan y queriendo comprender la diferencia entre lo ideal y lo real; vi a una mujer explotar luego de haber implotado por mucho tiempo; vi a una mujer renegar de su destino y de la vida difícil que le toca pasar; vi a una mujer diciendo que asume las consecuencias de sus errores, pero que le cuesta aceptar que esas consecuencias no le tocan sólo a ella; vi a una mujer incapaz de entender como el hombre que amó tanto, sea el mismo que ahora actúa así con sus hij@s, que tenga que rogarle tiempo, atención, cuidado y también dinero para seres que no tienen culpa de nada.


He visto a esa misma mujer muchas veces, a veces frágil, a veces queriendo parecer fuerte, a veces siéndolo en verdad y otras exagerando esa fortaleza convirtiéndola en dureza, y no me cabe duda que ésta es una etapa, una etapa gris y densa en la que, si se lo permite, saldrá librada y triunfadora.


Y ahora que lo pienso, también la he visto feliz millones de veces, algunas plenamente y otras esporádicamente, disfrutando momentos hermosos que ella crea y otros que simplemente llegan y no desperdicia, porque ama, vive, respira y se permite construir un mundo mejor para ella y su familia.


Mis queridas Vale y Lu, ustedes en algún momento serán como esta mujer, tendrán días buenos y días malos, días en los que sentirán que no pueden más, y días en que serán capaces de comerse al mundo, algunos de esos momentos llegarán solos, y otros serán consecuencia de las decisiones que tomaron, equivocarse es parte de vivir, no viven si no se equivocan, no aprenden si no enfrentan sus errores, decisiones y consecuencias.


Pero una cosa si quiero decirles, ustedes tienen el poder de decidir cuán mal se sienten, cuánto les afecta y por cuánto tiempo, no se vendan la idea de que sus problemas son más fuertes que ustedes porque no lo son, los malos momentos, las malas rachas, la mala energía muchas veces están en nosotros y somos nosotros quienes debemos decidir salir de ese hoyo y continuar, no se estanquen, no se hundan, no se revuelquen en la pena ni en el pesar, tras la neblina siempre habrá motivos para estar bien, razones por las que vivir, sueños por los que luchar y sonrisas por disfrutar, así que cuando les toque caer, háganlo, pero luego ¡levántense y sigan adelante!, no traten los problemas por encima, vayan al núcleo y extínganlo de verdad, es un error avanzar creyendo que algo se solucionó cuando la verdad es que sólo curaron los síntomas y no la enfermedad, pues al siguiente bache esa enfermedad volverá a aparecer más grande y más fuerte.


Tengo una teoría que algún día les contaré a detalle, la vida está hecha principalmente de dos cosas: DECISIONES y FRECUENCIA, tomen las decisiones correctas y denle a lo que realmente les importa la frecuencia necesaria.


Aprendan, equivóquense, amen, vivan… pero sin culpas, sin rencores, sin lamentos y sin frustraciones porque la vida es corta y pasa más rápido de lo que se imaginan.

Papá Chancleta

Mi nombre es Said Guerra, aunque hay quienes me llaman también por mi segundo nombre que es Jonathan, tengo 38 años.

Administrador de empresas de profesión, con un posgrado en gestión de procesos, además dirijo la gestión de Recursos Humanos en una empresa privada.

Tengo pasatiempos variados como: leer, escribir, ir al cine, al teatro, adoro los tatuajes, me gustan los perros y también los gatos, colecciono juguetes en miniatura y me apasionan las series como Game Of Thrones, The Walking Dead, The BlackList, etc.

Pero por sobre todas las cosas amo a mis hijas, mi vida gira en torno a ellas y lo disfruto casi casi demasiado.

Las chancletas son dos niñas hermosas, hijas de padres separados que se llevan o intentan casi siempre llevarse bien en beneficio propio pero en especial en beneficio de ellas.

Nuestros Amigos
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