Game over
“La muerte sólo tiene importancia en la medida que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida.”
-André Malraux-
Queridas hijas,
Hablar de LA MUERTE para mí, es hablar del accidente de papá aquel enero de 1997, sin duda fue el momento en que más cerca estuve de ella, y por ende que más dolor me causó, nunca antes (ni después), tuve ocasión ni intención de permitir que me afecte, conveniente pero también erróneamente preferí creer que ya había completado la dosis de “dolor por duelo” que todos los seres humanos debemos tener, y me dispuse a tener una actitud indiferente hacia ella, “por algo suceden las cosas” me decía una y otra vez cada que volvía a saber de la partida de alguien e inmediatamente sin querer pensar mucho más en el tema, pasaba la página.
Hace algunas semanas falleció en Venezuela mi tía, hermana menor de mamá y a pesar de no haberme derrumbado anímicamente si lo hizo racionalmente, pues, su única hija es quien se queda sola y además lejos de nuestro país, trasladé mentalmente su coyuntura a ustedes en caso de pronto un día al igual como le pasó a papá, yo sencillamente no esté, desaparezca, muera… ¿qué les toca hacer?, ¿qué deben sentir?, ¿qué planes tengo en mi cabeza para ustedes?, ¿qué planes tendrán ustedes cuando yo ya no esté?, ¿Habré tenido suficiente tiempo para dejar instrucciones o plasmar mis deseos antes de partir?, ¿Les habré dicho todo lo que siento y pienso desde el fondo de mi corazón?
No, no lo he hecho y no quiero dejar de hacerlo, no quiero quedarme con nada dentro, a pesar de haberles demostrado que las amo en todo momento, siento que hay mucho más por decir y reafirmar para que en caso ya no esté y la vida las golpee o se sientan grises, sepan que papá vivió por y para ustedes.
Llegué al mundo hace casi 40 años, pero mi vida empezó realmente el 20/04/2005, y reafirmó su sentido el 21/01/2009, para bien o para mal, desde que nacieron esa vida dejó de ser mía y empezó a ser suya, hay quienes no lo entienden o quienes no lo comparten, pero hay cosas que no se planean, simplemente suceden, habemos personas con la fibra paterna o materna demasiado desarrollada y ese es mi caso, por sobre todas las cosas soy su papá y sólo por eso mi vida tiene y siempre tendrá sentido, alrededor del tiempo me han adjudicado varios títulos, pero ser “el papá de Vale y Lu” es el único que me hizo realmente feliz.
El peor día de mi vida fue sin duda el día que me separé de su madre, y por ende de ustedes, si bien como pareja era la decisión correcta, sentía que como padre no lo era, y cada que me armaba de valor para hacerlo aparecían en mi cabeza los miedos de no verlas dormir cada noche, ni despertarse cada mañana, me aterraba que me odiaran por eso, me mataba la idea del fracaso y de tener que hacerlas pasar por lo mismo que pasé yo cuando niño, cuando el momento fue inevitable, junto a su mamá buscamos la forma de hacer más llevadera esa coyuntura, espero que lo hayamos logrado y que ustedes puedan realmente perdonarnos por eso, queríamos una vida feliz para ustedes y aún separados seguimos trabajando para ello.
Valentina, eres una niña estupenda, ruego a Dios que seas una mujer igual de estupenda y una madre aún mejor, parecerá una frase cliché o un guión de novela mexicana, pero es verdad, el secreto de la vida es el amor verdadero y todo lo que podemos hacer con él, como cambiar uno mismo y lograr (no buscar) cambiar a las personas, para bien, porque tristemente el amor mal enfocado también nos puede hacer cambiar a las personas para mal, no te lo permitas.
Luciana, no importa cuanto lo dudes o te lo hagan dudar, tú tienes un don, llevas una hermosa y gigantesca luz personal, así como el famoso “Rey Midas” convertía en oro todo lo que tocaba, tú llevas luz a cada lugar donde vas, nunca dejes que esa luz se apague ni se vuelva oscura, puedes hacer grandes cosas con ese don y puedes cambiarle la vida a quienes tocas, vive bonito y regala luz por donde vayas.
A ambas, mi dolor más grande y mi mayor preocupación es verlas pelear, ruego a la vida que en verdad sea sólo un tema de edad y que cuando crezcan sean unidas y cercanas, he visto tanto rencor, resentimiento y hasta odio entre herman@s que en verdad este es mi mayor deseo, vivo o no: ámense, ayúdense, protéjanse y llegado el momento, porque llegará, perdónense, de corazón, así como el amor es el secreto de la vida, el real perdón es uno de los secretos para el amor.
Si está en sus manos poder hacer respetar mis deseos, sepan que me gustaría ser cremado y que mis cenizas sean adecuadamente desechadas, no me lleven a un cementerio, ni las guarden consigo, mi vida es suya, mi corazón también, el amor trasciende no lo olviden, las cenizas no son necesarias, también desearía no ser velado, no sé si esto sea legal o no, pero no quiero, prefiero saltarme ese paso, ojalá me puedan ayudar con esto.
No quiero morirme pronto, quisiera poder llevarlas al altar, quisiera poder conocer a mis niet@s, quisiera ser la primera llamada telefónica cuando les choquen el carro o les pongan una papeleta por pasarse una luz roja, quisiera ser ese abrazo perfecto que alguna vez les hará falta, pero si no es así sepan que ya hoy estoy orgulloso de ustedes, ya hoy siento que logré muchas cosas siendo su papá, siento que si mi muerte llegara hoy moriría tranquilo sabiendo que las disfruté, eduqué y amé tanto que no les quedará duda jamás lo que significa ser padre y lo importante que son ustedes las mujeres en este tema, uno de los dones más grandes que tienen además del de dar vida es el de obsequiarnos a los hombres el honor de ser padres, usen bien ese don, si son emocionalmente inteligentes y conscientes elegirán también un buen padre para sus hijos, en eso por favor traten de no equivocarse.
Sean felices, luchen por serlo, elijan bien sus guerras, ayuden a las personas, regalen sonrisas, viajen, lean, sueñen, realicen, amen, amen, amen…
Las adora, papá!
