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Yo te traje

Por tu caos Porque me enseña día a día que el mundo cambia, gira y hay que adaptarse, relajar el choro, poner todo de cabeza y luego en su lugar. Por tu desorden Porque haces que toda la casa sepa que estás allí, viva!

Tu alma en cada rincón disfrazada de muñeca o de lego es un golpe de vida de frente a la cara. Por los nudos de tu pelo Que ni te van ni te vienen, ni te preocupan ni te duelen, porque nada de lo que tienes hacia afuera se compara con lo que yo veo a través del fondo de tus ojos marrones como granos de café. Por la insolvencia de tus decisiones Las marchas y contra marchas, llena de inconstancias, de dudas y de adivinanzas que me recuerdan que tengo derecho a replantearme sin miedo, decir no sin pena y decir sí sin vergüenza. Por tus pies negros Que recorren los pisos de casas, calles y plazas, llenos de tierra, de mugre y con los que has recorrido largas distancias, arenas tibias, mares helados, piedras calientes, jardines y parques. Ese contacto cuerpo a tierra te ha hecho desarrollar habilidades que no he visto en nadie más. Por llenar los exámenes de tin-marin A la carrera desesperada por salir a jugar, porque me hace gracia acordarme de que no todos nacimos para pasar exámenes y no se nos puede juzgar por la nota de una prueba.

Hay magia dentro tuyo que ni la matemática más pura podría cuantificar. Y yo mi vida, sí la veo. Por tus faltas de ortografía En esas cartas largas e interminables y listas de regalo.

Las leo y releo y aunque no estén bien escritas las entiendo, así es la vida mijita, se trata de entender, comprender y empatizar. Por tus duchas de horas De recibos de varios ceros, remojándote y chapoteando a tus casi 8 años sentadita llena de juguetes, porque nunca se deja de crecer, pero tampoco se deja nunca de ser niño. Por pedirme leche a última hora Justo, justo cuando se me cierran los ojos y me quiero dormir, y no te importa. Justo eso amo que no te importa. Tienes una necesidad, un gusto por complacer y una piedra en el camino. Bueno, tú despiertas a la piedra y la haces parar. Por olvidarte la agenda mil veces Lo que me mantiene siempre alerta, como una mamá leona, casi leyendo tus pensamientos y notas olvidadas. Por las veces que te atrasas Y dejas las hojas en blanco con la esperanza de ponerte algún día (al día) y tú sola en algún momento te das cuenta de tus olvidos y te encargas de resolverlos. Sola! Por las migajas en el sofá Cuando te levantas y decides servirte el desayuno sin despertar a nadie, porque tu voluntad es de acero, inquebrantable y esa montaña de bancos y de sillas en la cocina son un pequeño Everest que conquistas los fines de semana. Por los DVD que nunca pones Porque te he explicado mil veces como hacerlo y simplemente ya entendí que no quieres hacerlo tú, que es tu forma de acercarnos juntas a ver todas las películas que te gustan. Por el número de celular que nunca memorizas Y claro nunca llamas, y me enseñas a no resentirme ni detenerme en eso, simplemente me haces llamar más veces y más seguido para saber de ti y oír tu voz.

No hay tiempo que perder si quieres a alguien vas y te acercas. Me acerco siempre! Por las patadas a media noche Cuando ya no entras en mi cama y a fuerza simplemente la invades y te mantienes toda la noche ahí hablando en sueños, peleando, renegando y riéndote y así aún cuando llego y te encuentro dormida me haces saber que tu día y la vida que me regalas fue intensa. Por tirarte a la piscina sin saber nadar Ni flotar, ni aguantar la respiración bajo el agua, porque tenemos una forma de aprender bien primitiva, pero aprendemos.

Tú aprendiste a nadar tragando agua, y yo a vivir tragando saliva.


Te amo por tu luz, por tu energía que desintegraría hasta la teoría de la relatividad! Porque te traje a este mundo no el día que naciste, sino el día que te metí a mi corazón, cogí mis ansias, mi calendario y mi ovulación y no hubo forma de que siguieras lejos de mí. Yo te traje!!! Y quería que seas tal cual eres. Y fuiste el deseo cumplido después de 25 velas sopladas. Mamá

Papá Chancleta

Mi nombre es Said Guerra, aunque hay quienes me llaman también por mi segundo nombre que es Jonathan, tengo 38 años.

Administrador de empresas de profesión, con un posgrado en gestión de procesos, además dirijo la gestión de Recursos Humanos en una empresa privada.

Tengo pasatiempos variados como: leer, escribir, ir al cine, al teatro, adoro los tatuajes, me gustan los perros y también los gatos, colecciono juguetes en miniatura y me apasionan las series como Game Of Thrones, The Walking Dead, The BlackList, etc.

Pero por sobre todas las cosas amo a mis hijas, mi vida gira en torno a ellas y lo disfruto casi casi demasiado.

Las chancletas son dos niñas hermosas, hijas de padres separados que se llevan o intentan casi siempre llevarse bien en beneficio propio pero en especial en beneficio de ellas.

Nuestros Amigos
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