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No se rindan

Elijan un día, un momento feliz, una fecha incomparable, una circunstancia mágica, una celebración tan plena y repleta de orgullo que sientan que abrazan al éxito aferrándose a él, todo el tiempo que puedan.


Háganlo en especial, cuando se sientan mal, bajoneadas, cuando nada les funciona, que la frustración y el pesar las gobierna y les gritan "equivocadamente" que no pueden.


Hago énfasis en "equivocadamente" porque no hay nada mis niñas que ustedes no puedan lograr si así se lo proponen, y se los quiero a demostrar.

Yo soñaba con ir a la universidad, y el sueño palpitaba dentro mío como ni mi corazón lo hacía, de joven lo intenté dos veces, en San Marcos específicamente, la primera vez con papá aún vivo postulé a Educación, y la segunda, el año de su accidente a Turismo y Hotelería, me quedé por décimas, que en San Marcos equivalían como a 300 postulantes antes de mí, pero eso no importa, tenía 18 y 19 años respectivamente y sin ingreso tocó guardar el sueño en un cofre y atesorarlo como recuerdo imposible materialmente, pero que bien valía tenerlo cerca y respirar sobre él como quien huele el grass recién cortado sintiendo aquel olor repleto de energías bonitas y dedicarse a trabajar.

12 años después, casado y ya con ustedes en mi vida lo volví a intentar, las ganas y el deseo eran míos, la motivación ustedes, y el apoyo vino de un ángel, una familia ángel en realidad...¡ingresé!, me volví universitario y sentí como corría en mi sangre un calor que te llena de un orgullo bonito, ese que te motiva.

En el 2013, descubrí que ese orgullo bonito que conocí 4 años antes, no era nada comparado con el que sentía ese setiembre, estando yo en el estrado y ustedes en las gradas aplaudiendo junto a su mamá, ya no era solo calor, era una mezcla de energías, una manifestación superlativa de mi cuerpo, gritándome al oído: "si se podía ves", "sí era posible", "si quieras algo, deséalo tanto, que la vida solo pueda decirte ¡toma!".

No hay interpretación esta vez, el mensaje está clarito: "Nunca lo olviden, no importa cuánto se tarden, si quieren que algo bueno llegue a sus vidas, luchen por él y jamás se rindan".



Papá Chancleta

Mi nombre es Said Guerra, aunque hay quienes me llaman también por mi segundo nombre que es Jonathan, tengo 38 años.

Administrador de empresas de profesión, con un posgrado en gestión de procesos, además dirijo la gestión de Recursos Humanos en una empresa privada.

Tengo pasatiempos variados como: leer, escribir, ir al cine, al teatro, adoro los tatuajes, me gustan los perros y también los gatos, colecciono juguetes en miniatura y me apasionan las series como Game Of Thrones, The Walking Dead, The BlackList, etc.

Pero por sobre todas las cosas amo a mis hijas, mi vida gira en torno a ellas y lo disfruto casi casi demasiado.

Las chancletas son dos niñas hermosas, hijas de padres separados que se llevan o intentan casi siempre llevarse bien en beneficio propio pero en especial en beneficio de ellas.

Nuestros Amigos
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