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De profesión: Sobreviviente!

Desde que Valentina tiene uso de razón, vengo oyendo diferentes oficios o profesiones que le gustaría seguir, no puedo decir que cambie constantemente, pero de hecho que navega entre varias opciones que conociéndola, tienen coherencia con lo que nos ha mostrado su vida. Siendo muy niña hablaba y hablaba de ser veterinario, luego con el pasar de los años su universo fue saltando y saltando entre ser fotógrafa, psicóloga o profesora de educación inicial.

Luciana, quien evidentemente es una niña con una personalidad distinta no suele darle importancia a hablar o tratar esos temas, es más, si nosotros no le preguntamos seguro que nunca haría el ejercicio de proyectarse, igual no es que haga mucho esfuerzo, como es el ser más práctico, ocurrente y relajado que existe, sólo atina a responder “quiero ser mamá”, y estoy seguro que lo dice porque le da demasiada pereza estar pensando qué hacer y cuándo, ella, al mismo estilo de Cyndi Lauper está en la etapa en que sólo quiere divertirse y aunque eso me de risa, también me invita a pensar un poco en qué les deparará la vida profesional a las chancletas, soy consciente de que Nat y yo hacemos y haremos todo lo necesario para que puedan elegir lo que ellas quieran y puedan terminarlo, pero la verdad, si hay algo que he aprendido en la vida, es que no siempre vas por el camino que QUIERES, sino que muchas veces vas por los caminos que DEBES o que TIENES que seguir.


Mis padres se separaron cuando yo tenía 8 años, y no estábamos precisamente en la bonanza económica, sino todo lo contrario, éramos 4 niños que vivíamos en un departamento con una sola habitación en el cercado de Lima, teniendo un padre técnico en contabilidad y una madre ama de casa que además pasaba por un largo proceso de asimilación tras la separación, como si no fuera suficiente estábamos los años 80, para ser más precisos en pleno apogeo del primer gobierno de Alan García, así que como entenderán no fuimos niños que tuviéramos muchas oportunidades para elegir, nuestra historia de carencias fue mucho más larga y dramática, pero esa parte de mi vida pertenece a otro relato, así que para abreviar ninguno de los cuatro iba a poder ser aquello que soñaba ser, es más, creo que durante ese tiempo jamás me permití imaginarlo, pues no fue sino hasta que tuve 18 años que empecé a soñar con ser un profesional, mi mente volaba y levitaba entre ser abogado, comunicador, psicólogo o profesor, y cuando los sueños iban por primera vez cogiendo forma para realizarse, mi papá fallece en un accidente automovilístico que no sólo nos aterrizó, sino que nos estrelló contra la realidad… cuadriplicamos carencias, quintuplicamos problemas y emprendimos una vida basada en la sobrevivencia por muchos años, aún así, la crisis enseña a quien quiere aprender o sirve de motivación a quien no quiere vivir siempre con ella, yo trabajaba 24/7, tenía dos y hasta tres empleos que me servían para ayudar en casa, me aislé del mundo y de las cosas que todos los jóvenes hacían a mi edad, no supe de fiestas, salidas, noches, relaciones, ni nada, yo sólo trabajaba, leía y escribía cuanto mi imaginación y tiempo lo permitieran, no leía lo que leía todo el mundo no, yo leía diccionarios y de ese modo alimenté mi vocabulario con palabras y expresiones variadas que me salvaron infinidad de veces, conseguí diferentes trabajos gracias a mi forma de hablar y comunicarme, conseguí una vida y una familia gracias a mi creo yo, diverso tema de conversación, “floro que le llaman” y bueno a los 31 años, ya casado y con dos hijas se me presentó la virgen y pude empezar a estudiar una carrera universitaria, la empresa donde trabajo decidió apostar por mí, debido a ciertas intuiciones y olfatos empresariales que mi jefe posee y me pagó la carrera además del postgrado en las universidades Ricardo Palma y ESAN respectivamente, terminé la carrera de Administración y Gerencia a los 35 años, y el postgrado en Gestión de Procesos a los 37, edad en la que ya separado desde hace algún tiempo empecé con este blog llamado Papá Chancleta, que rara y extrañamente me está volviendo a dirigir hacia aquellos sueños postergados de ser comunicador o psicólogo, pues desde esta esquina ando ejerciendo aún empíricamente aquellos pasatiempos, que he descubierto no sólo me gustan sino que me hacen feliz. No digo que no me guste ser administrador, jefe de recursos humanos o especialista en procesos, pues si me gustan y además nos dan de comer a las chancletas y a mí, pero la tribuna de maravillosas oportunidades que me abrió el blog, me llenan el alma y le dan un nuevo sentido a mi vida, es como si esta misma vida, luego de las carencias que me tocó pasar, y los fracasos personales que tuve, se estuviera encargando de regresarme al camino que siempre quise seguir.


No sé que pase conmigo más adelante, hoy más que nunca soy un hombre absolutamente dispuesto a dejar que la vida me sorprenda, pero al mismo tiempo aprovecho mis vivencias para hacer que Vale y Lu cuenten no sólo con los recursos sino con las experiencias correctas para lograr más que ser únicamente mujeres profesionales y exitosas, busco y aspiro principalmente a que sean mujeres emocionalmente fuertes y seguras para soportar este TAGADÁ extraño llamado VIDA.

Papá Chancleta

Mi nombre es Said Guerra, aunque hay quienes me llaman también por mi segundo nombre que es Jonathan, tengo 38 años.

Administrador de empresas de profesión, con un posgrado en gestión de procesos, además dirijo la gestión de Recursos Humanos en una empresa privada.

Tengo pasatiempos variados como: leer, escribir, ir al cine, al teatro, adoro los tatuajes, me gustan los perros y también los gatos, colecciono juguetes en miniatura y me apasionan las series como Game Of Thrones, The Walking Dead, The BlackList, etc.

Pero por sobre todas las cosas amo a mis hijas, mi vida gira en torno a ellas y lo disfruto casi casi demasiado.

Las chancletas son dos niñas hermosas, hijas de padres separados que se llevan o intentan casi siempre llevarse bien en beneficio propio pero en especial en beneficio de ellas.

Nuestros Amigos
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