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¿Eres un buen padre?

A simple vista, parece ser una pregunta sencilla de responder, una pregunta cerrada, de esas que se responden sólo SÍ o NO, pero es una pregunta cerrada que tiene truco, ya que al mismo tiempo te invita a pensar en el sustento para esa respuesta y luego te hace cuestionarte algunas cosas.


Vamos, te invito a hacer el ejercicio, toma aire, ordena tus ideas y empieza… … … … … … ¿ya empezaste a reseñar las cosas buenas y las cosas malas que haces como padre?, ¿ya empezaste a asignarle valor a cada una?, ¿ya empezaste a sentir que a tal o cual cosa no sabes qué valor ponerle?, ¿te vas estresando?, dentro de poco, si todo sigue el camino normal, llegarás al punto en el cual yo me detuve: ¿me corresponde a mí responder esa pregunta?, ¿existe algún examen o alguna tabla que mida nuestro desempeño como padres?, ¿es necesario responder esta pregunta?...yo cumplo con lo que me toca, yo hago lo que debo…yo yo yo…quiero a mi abogado!!!


Tranquilo, no hay nada ni nadie que pueda catalogar o rotular tu desempeño como padre mejor de lo que lo harías tú, o tu conciencia, en caso ambos sean imparciales y objetivos, tranquilo además porque en este ejercicio no tienes que responderle a nadie más que a ti y serás tú quien evalúe si quieres seguir por el camino que vas o si puedes ir haciendo “más o menos” de lo que vienes haciendo, finalmente si encuentras algo que puedes y quieres mejorar hazlo, no te frenes por los estereotipos o los prejuicios que existen en la sociedad o en la cultura colectiva, si sientes que puede ser bueno para tus hijos, si sientes que suma, si sientes que los harás felices, no vaciles ni titubees, hazlo, al final ellos serán los beneficiados directos, pero además contribuirás a que el mundo que vamos construyendo para ellos empiece a ser más tolerante y menos cuadriculado.


Es importante destacar, en pos de esa tranquilidad a la que invoco que para ser padre (o madre) debes aprender en el camino, nadie nace sabiendo cómo hacerlo, es más, si existieran universidades para esto, habría millones de egresados, pero no necesariamente todos destacarían, así que estamos todos aún a tiempo de seguir aprendiendo.


Olvídate y erradica de tu mente las ideas con las que fuimos criados en nuestra generación y más atrás, extingue conceptos como que los padres son los principalmente proveedores, que es la mamá la que debe cuidarlos y los papás los que deben disciplinar, deja de creer que no puedes hacerte cargo de un bebé y de sus necesidades, deja de venderte la idea que los primeros meses no necesita tanto de ti como de su mamá, todos tenemos un rol, y si sigues creyendo estas cosas, tu rol será el mismo que el de millones de padres que se perdieron la oportunidad de desarrollar conexiones especiales con sus hijos, afinidades que los unirán por siempre y vínculos tan sólidos e indestructibles como el que naturalmente se forma con la mamá durante el embarazo.


Sí, es cierto que el lazo que existe entre madres e hijos es muy fuerte y suele prolongarse en el tiempo, y está bien, es genial que los niños crezcan con esa certeza, pero también es genial que desarrollen un lazo contigo, un lazo que sólo será de ustedes y te dará una identidad distinta, complementaria sí, pero distinta al fin y al cabo, porque un vínculo sano entre padre e hij@ es un terreno donde la mamá no tiene control, es un regulador, una pequeña y delgadísima frontera desde donde puedes contribuir modulando esa relación de casi absoluta dependencia que existe entre los hijos y sus madres, no es una competencia no, todo lo contrario, es un rol mucho más enriquecedor y solidario del que ya existe tradicionalmente y será beneficioso tanto para l@s hij@s como para mamá y papá.


No existe un manual para esto, pero somos seres inteligentes, capaces de poder discernir entre el bien y el mal, si sabes que algo está mal no lo hagas y si persistes en hacerlo aún sabiendo que está mal, entonces asume las consecuencias.


Quieres una relación emocionalmente fuerte con tus hijos toma en cuenta estas recomendaciones, hay cosas que los hijos jamás olvidarán y son: el maltrato hacia ellos o hacia el otro progenitor, la seguridad y el sentimiento de protección que reciben, la falta de atención y la valoración que tenemos los padres sobre el concepto de familia, ojo, esta no es sólo teoría, ni me siento el padre perfecto porque no lo soy, por años cometí estos mismos errores y me ha costado mucho aprender, especialmente en cuanto a “falta de atención”, por lo tanto estos no son consejos de quien se cree un modelo de crianza positiva, sino de uno que fue no muy bueno y sigue aprendiendo.


Existen muchas maneras de ser padre, muchas maneras de acompañar a un hijo y lamentablemente también muchas maneras de abandonarlo, de nada sirve que cumplas con la parte económica o con la parte afectiva o con la parte operativa, en resumen: de nada sirve que vivan juntos si no les dedicas tiempo y atención, de nada sirve que cumplas sólo con pagar lo que crees correcto o lo que el juez dictaminó y verlos sólo cuando toque tu régimen de visitas y siempre buscando tu comodidad y no la de tus hij@s.


No seas un padre ausente, ni física, ni emocional, ni operativamente, críalos vivas o no vivas con ellos, dales tiempo de calidad, ámalos incondicionalmente, edúcalos positivamente, priorízalos siempre y dales seguridad, cocínales, cámbialos, diviértanse, inspíralos, rétalos, disciplínalos, no limites sus emociones, no parametres su cerebro, dales una familia, así esta no sea una familia tradicional, ellos sabrán que sus padres juntos o separados los aman y se respetan entre ellos, demuéstrales que se puede ser familia siempre sin importar las circunstancias.


Cuando la seguridad emocional los gobierne, cuando duerman sin sobresaltos y cuando los veas reír optimistas y felices, sabrás que todos los esfuerzos valieron la pena y podrás por fin responder la pregunta inicial sin tener ninguna duda.

Papá Chancleta

Mi nombre es Said Guerra, aunque hay quienes me llaman también por mi segundo nombre que es Jonathan, tengo 38 años.

Administrador de empresas de profesión, con un posgrado en gestión de procesos, además dirijo la gestión de Recursos Humanos en una empresa privada.

Tengo pasatiempos variados como: leer, escribir, ir al cine, al teatro, adoro los tatuajes, me gustan los perros y también los gatos, colecciono juguetes en miniatura y me apasionan las series como Game Of Thrones, The Walking Dead, The BlackList, etc.

Pero por sobre todas las cosas amo a mis hijas, mi vida gira en torno a ellas y lo disfruto casi casi demasiado.

Las chancletas son dos niñas hermosas, hijas de padres separados que se llevan o intentan casi siempre llevarse bien en beneficio propio pero en especial en beneficio de ellas.

Nuestros Amigos
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