top of page

Carne para los lobos

Cuando ustedes nacieron, vinieron primero las felicitaciones, parabienes y enhorabuenas… luego no faltó quien soltara un “uyyyyyy, mujercita… ¡carne para los lobos!”, frase que a pesar de ser broma, terminaría teniendo más sabor a sentencia que a chascarrillo.


Y es que, para nadie es un secreto que vivimos en una sociedad machista, tan machista que no somos capaces de darnos cuenta ni aceptar la tremenda desigualdad y diferencia que inculcamos (o nos inculcan) con costumbres o hábitos tan cotidianos como: “los niños de azul y las niñas de rosa”, “las muñecas para ellas y los carritos para él” o frases como: “tú no, porque eres mujercita” o “porque él es hombre y punto”, entre otros ejemplos más, que lo único que hacen es que los pequeños crezcan -mal asumiendo- que hay cosas de chicos que no pueden hacer las chicas y cosas de chicas que no deben hacer los chicos. De este modo sin darnos cuenta (o quizá sí) vamos logrando una tremenda puesta en escena para que los lobos del primer párrafo busquen tomar aquella carne que nació “predestinada” para ellos.


Y sí, es cierto que cada vez hay más casos públicos y denuncias por violencia de género, pero también es cierto que a pesar de que son los maltratos, violaciones y asesinatos las manifestaciones más graves, no son las únicas manifestaciones del machismo, existen tristemente también la infidelidad, la irresponsabilidad y el abandono que, aunque menos destacados, son igual de impactantes y tampoco han encontrado solución.


Conozco de cerca muchos casos de padres ausentes que en el mejor de los casos desaparecieron del todo, pero que lamentablemente son minoría, la mayoría sigue siendo ausente queriendo parecer presente y su presencia tóxica sólo la utilizan para hacer daño, envenenar a sus hijos, utilizarlos, coaccionarlos y exponerlos constantemente a un amor de mentira, repleto de frases amorosas y fotos en redes sociales declarando sentimientos que jamás se materializan en prioridades, tiempos, ni mucho menos dinero, padres ausentes que se alimentan a diario pero que no les importa hacer nada para que sus hijos se alimenten también, seres realmente oscuros, que buscan y encuentran cualquier oportunidad para parecer víctimas siendo victimarios y así poder justificar sus diversas agresiones.


Y ojo que no les hablo desde la comodidad que suele dar el saberse inocente, sino más bien desde la otra esquina, en donde estamos quienes también hemos fallado sin justificación alguna.


No quiero ese destino para ustedes, no quiero que las engañen ni que perdonen lo imperdonable; no quiero que las abandonen ni que se queden sin saber hacia dónde mirar; no quiero que tengan que mendigar alimentos para sus hijos ni que esperen sentencias miserables; no quiero que las maltraten ni que lleguen a justificar cualquier exceso; no quiero que las violen ni que las usen a su antojo; no quiero que las maten ni que sean carne para los lobos.


Podemos cambiar hábitos, oponernos, dejar de aceptar cosas "por amor", podemos denunciar, podemos informarnos, podemos estar alertas, podemos aprender a elegir, podemos hacer muchas cosas, y tenemos que hacerlas juntos la sociedad, las autoridades, ustedes, yo, porque el cambio empieza con nosotros.


Las ama, papá!

Papá Chancleta

Mi nombre es Said Guerra, aunque hay quienes me llaman también por mi segundo nombre que es Jonathan, tengo 38 años.

Administrador de empresas de profesión, con un posgrado en gestión de procesos, además dirijo la gestión de Recursos Humanos en una empresa privada.

Tengo pasatiempos variados como: leer, escribir, ir al cine, al teatro, adoro los tatuajes, me gustan los perros y también los gatos, colecciono juguetes en miniatura y me apasionan las series como Game Of Thrones, The Walking Dead, The BlackList, etc.

Pero por sobre todas las cosas amo a mis hijas, mi vida gira en torno a ellas y lo disfruto casi casi demasiado.

Las chancletas son dos niñas hermosas, hijas de padres separados que se llevan o intentan casi siempre llevarse bien en beneficio propio pero en especial en beneficio de ellas.

Nuestros Amigos
bottom of page