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En proceso de reconstrucción...

No han sido meses fáciles, es cierto, pero los segundos no se detienen por mucho que lo intento, he visto casi todas las películas y series de ficción, me he obsesionado con máquinas del tiempo, teletransportaciones y hasta chicharras paralizadoras que hoy sé, sencillamente no existen!. He buscado formas conocidas y desconocidas para que aquél dolor desgarrador y desesperado se extinga, desaparezca por completo o aunque sea se detenga, tristemente no sucedió y entendí que el dolor es sólo debilidad saliendo del cuerpo y cada día soy menos débil. Mi salud se resquebrajó y tocó aprender a vivir con otro tipo de pesar, uno diferente, que no me cabe duda fue consecuencia del primero, tuve que operarme y disponerme a sanar heridas, las físicas y las otras, esas que no se ven pero se sienten, esas que te ayudan a pensar y repensar sobre las cosas que hiciste y las que dejaste de hacer, las que me llevaron a donde estoy ahora, casi reseteado aprendí de mis errores, asumí las consecuencias de los riesgos que tomé y decidí no estancarme ni negarme a la realidad, tengo una vida que muchos quisieran, tengo dos hijas hermosas que merecen mi mejor versión, tengo un trabajo que me hace feliz, tengo una familia nuclear que me mostró otra vez que hice bien al elegir por ellos, unos amig@s a prueba de todo, tengo vida, respiración, sangre fluyendo, latidos armoniosos y sobretodo tengo esperanza de que volveré a encontrar el camino correcto, ese que me lleve nuevamente a mi otra Esperanza, aquella que descuidé, subestimé y terminé por perder. Han sido meses difíciles sí, pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde y yo luego de meditarlo a profundidad he decidido preparme y estar listo, sano y dispuesto para cuando decida volver, mientras tanto con ese grado de conciencia que sólo se obtiene al conocer la realidad absoluta de las cosas que me colocaron donde ahora estoy decido continuar, porque despertarse es sencillo pero levantarse requiere un esfuerzo mayor, y lo voy a hacer, por ellas, por nosotros pero en especial por mí.

Papá Chancleta

Mi nombre es Said Guerra, aunque hay quienes me llaman también por mi segundo nombre que es Jonathan, tengo 38 años.

Administrador de empresas de profesión, con un posgrado en gestión de procesos, además dirijo la gestión de Recursos Humanos en una empresa privada.

Tengo pasatiempos variados como: leer, escribir, ir al cine, al teatro, adoro los tatuajes, me gustan los perros y también los gatos, colecciono juguetes en miniatura y me apasionan las series como Game Of Thrones, The Walking Dead, The BlackList, etc.

Pero por sobre todas las cosas amo a mis hijas, mi vida gira en torno a ellas y lo disfruto casi casi demasiado.

Las chancletas son dos niñas hermosas, hijas de padres separados que se llevan o intentan casi siempre llevarse bien en beneficio propio pero en especial en beneficio de ellas.

Nuestros Amigos
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