Cataluña
Hey chancletas,
Esta entrada en el blog, no fue pensada como entrada en ningún momento, pero fue su aceptación lo que me hace incluirla y dejárselas como recuerdo, uno que quizá puedan compartir con la Cata cuando sea grande y se entere del blog, es importante siempre dejar huella del amor, y será bueno para ella saber que desde peque fue capaz de generar amor con sólo sonreír...
Ella es Catalina, conocida en su casa como #LaCuchi.
No, no es mi hija, es la pequeña hermana de Vale y Lu.
Cuando voy por ellas, siempre me observa, y observa a sus hermanas correr hacia mí. Imagino que pensará ¿quién es este individuo que se apachurra con mis hermanas y luego se las lleva?
Luego, como si tuviese ganas de averiguarlo, me regala sonrisas abundantes y soniditos que hacen que le extienda los brazos con la esperanza de que acepte venir conmigo, lo que finalmente hace para luego seguir mirándome, sonriéndome y por último levantar sus manitas regordetas para acariciar mi rostro.
Es un ritual extraño, pero absolutamente mágico, sus papás la observan desde lejos con mucha atención por si se asusta y requiere auxilio, lo que a Dios gracias no sucede.
Ella a sus apenas 9 meses tiene la fortuna de no saber de prejuicios e ideas socialmente preconcebidas, y sus padres tienen la intención de que siga siendo así.