Y cómo lo haces...yo no sé!!!
Cada cierto tiempo me preguntan…y para fin de año, ¿cómo haces con las chicas?, yo les contesto: “los 24/12 de los años pares lo pasan conmigo y los 25 con su mamá, los 31/12 de los años pares con su mamá y los 01/01 conmigo, y así nos intercalamos año tras año” y tristemente el comentario posterior es ¿y ella acepta?, yo no dejaría de pasar ninguna fiesta con mis hijos, y eso me deja pensando, son momentos y pensamientos como esos los que generan los conflictos en una relación de padres divorciados, entre otros claro, porque si de motivos se trata, podemos buscar y encontrar muchos: tiempo, plata, visitas, las nuevas relaciones, la forma de criar a los hijos, la asistencia a las reuniones de colegio, las visitas a la casa de los abuelos, etc., todo, absolutamente todo puede ser conflicto si los padres no logramos ponernos de acuerdo…y quienes pagan las consecuencias de esos conflictos creados… pues, LOS HIJOS!!!
Yo soy GUERRA, el conflicto viene conmigo en la heráldica que acompaña a mi apellido, y por eso, con conocimiento de causa, después de haber sido muchas veces quien buscaba complicarse puedo decir que existen modos, si así lo queremos, de hacer que nuestros hijos no sufran con nuestras decisiones, ¡caray! ya de por sí están sufriendo por la decisión que tomamos como padres al separarnos y/o divorciarnos, no hagamos que el proceso de adaptación sea más difícil, pongamos de nuestra parte, pensemos en ellos y hagamos que ese proceso natural que aplica a todos, sea lo más llevadero para ellos.
Ojo, no es fácil adaptarse al ritmo de vida de los padres divorciados, pero si priorizamos a los niños o niñas se puede encontrar un escenario lo más aceptable posible, en nuestro caso hemos ido probando, en un inicio hubo que cogerle la mano a los tiempos de cada uno, a no dejar que las chicas se confundan, a no confundirnos nosotros mismos quizá, pasamos de pasar un fin de semana con cada uno, llaves de las casas y puertas abiertas de cada uno y salidas eventuales los 4, a dos fines de semana cada uno, llaves sólo para emergencias y salidas juntos muy dosificadas, eso sí, las reglas claras para las actividades de las chicas, jamás faltamos al primer día de clases, a los cumpleaños, a las actuaciones, a los chequeos médicos, aún mantenemos una frecuencia sana y respetuosa con nuestras familias, tenemos una distribución de fechas claras pero adaptable en caso de cualquier emergencia tenemos programados y alternados los feriados de semana santa, fiestas patrias, navidad y año nuevo, tenemos libertad para pasar tiempo con ellas en sus vacaciones, pueden quedarse con ambos según como se sientan más cómodas, a veces en mitad de semana quieren dormir conmigo, voy y las busco, a veces estando conmigo extrañan a su mamá y van con ella, en resumen todo fresh, todo cordial, todo respetuoso, todo coordinado y por sobre todas las cosas, todo pensando en ellas, en que no se enfrenten a la caótica y negativa parte conflictiva de un divorcio, eso sí, un código básico para que esto funcione es: nunca se toma ninguna decisión sobre ellas, sin haberlo consultado antes con el otro, de ese modo, la astucia de las niñas no termina ganando pensando que encontrarán a uno con la guardia baja, siempre saben que pidan lo que pidan a quien se lo pidan siempre será consultado con el otro y no nos sorprenderán.
Bueno, regular, malo, pésimo, no lo sé pero a nosotros nos funciona y lo mejor de todo es que les funciona a ellas, basta verlas para saber que pese a todo, están bien y Dios mediante seguirá siendo así.
