Las parejas de mis padres
Este post no se trata de desmenuzar a las personas #papá y #mamá trajeron a nuestras vidas “sin conversarlo con nosotros”, y no es que tuvieran que pedirnos permiso, pero quizá sí considerar el impacto que nos traerían. ¿Hay un modo correcto de hacerlo?, ¡Creo que no!, pero sí hay modos de no hacerlo, circunstancias y momentos.
Introducir una nueva #pareja en la #vida de nuestros hij@s no es, ni debería ser algo dejado al azar.
Tenía 8 años cuando conocí a quien fue la primer novia de papá tras la separación, primero supe su nombre, en una pelea definitiva, donde la #infidelidad descubierta fue la protagonista, conocí del odio solo de entender quién era y el rol que tenía en lo que pasaba. Papá finalmente fue echado de #casa del modo más dramático y doloroso. Mamá no solo quedo destruida sino también humillada y con el corazón devastado, y sumado a la partida de papá, no pudo brotar de mí, otro sentimiento que no fuera ese.
Papá se quedó con ella, y con el tiempo tocó conocerla, un día que, si bien entiendo, quiso ser planeado y cuidado por mi padre para que pareciera casual, no funcionó. Fuimos a pasar el día con él, en su casa, jugaríamos carnavales, almorzaríamos y volveríamos a casa. Sin embargo, ella llegó en pleno juego antes del almuerzo, nada discreta, le plantó tamaño beso en la boca que nos dejó en shock, el odio volvió. Nos la presentó sin un título, solo nos dijo su nombre el cual recordé del día de la pelea. El resto del día fue de espanto, ella lo absorbió por completo, y parecía querer mandar mensajes territoriales y de posesión a mi mamá a través a nosotros, con tantas caricias, besos y abrazos como pudo, irrespetando sin piedad la mirada de los #niños que finalmente éramos. Nuestra vida en adelante, con ella presente, no necesito contarla.
Pasó algún tiempo para que mamá nos presentara a alguien “un amigo” que estudiaba con ella, amigo que coincidentemente iba cada noche a verla, no se quedaba a dormir, pero si se quedaba hasta muy tarde con ella, hablando y susurrándose #amor, pero igual que en el caso anterior, aquello irrespetaba los oídos de los niños que seguíamos siendo.
No hubo nadie más hasta varios años después, nuevamente fue papá, supe de ella por lo que oía, e imaginaba lo mala que era, sin siquiera haberla visto, ella era el magazine de los almuerzos y lonches entre mamá y sus amigas, vecinas y todo el que quisiera escucharla. Descriptivamente era una usurpadora, una arribista y la culpable de que mamá no pudiera volver con papá, idea que yo compré por repetición constante, pese a que mis padres ya habían roto hace años y como bien conté, por otra persona.
Antes de conocerla le pregunté a papá quién era, dijo que su novia y que llegado el momento la conocería, recuerdo que me negué, y me propuse, envenenado como me sentía, a espantarla. Cuando finalmente pasó, sí fue casual y solo estábamos ella y yo, nos cruzamos en la puerta de la oficina de papá, yo queriendo aniquilarla con la mirada y un trato hostil, y ella educadísima y sonriente, pidiéndome que lo espere unos minutos para poder entrar a verlo, se despidió con un suave apretón de manos y me dijo mirándome fijamente a los ojos que papá vivía orgulloso de nosotros, que éramos y siempre seríamos lo más importante para él.
No hay en mí, objetividad ni derecho para emitir un juicio, eso se los dejo a ustedes, como también les dejo el ejercicio de la #reflexión, para el día que posiblemente les toque pasar por algo igual, no lo vean con ojos del adulto, sino que lo hagan con la mirada y el #corazón de los niños.
